martes, 24 de diciembre de 2019
lunes, 23 de diciembre de 2019
LA RSC Y LAS REFINERÍAS DEL FUTURO
Emprender hoy en día un trabajo
de investigación serio en Desarrollo Sostenible “demanda reconocer los
profundos cambios en el pensamiento contemporáneo: la situación
interparadigmática en que se encuentra la ciencia (modernidad y postmodernidad)
y la transición epistemológica (racionalidad formal deductiva a un nuevo
saber)” (Bravo & Marín, 2008).
Por tanto, es imperativo
considerar que la preocupación por el comportamiento ético de las empresas y
organizaciones, así como la consideración de los impactos sociales y
ambiéntales que derivan de sus actividades, va más allá de los intereses
económicos de las mismas (Ayuso & Mutis, 2010).
"Ni la sociedad, ni el hombre,
ni ninguna otra cosa deben sobrepasar, para ser buenos, los límites
establecidos por la naturaleza". Hipócrates
En este entendido, podemos
señalar que existe bastante evidencia empírica de modelos de crecimiento
económico basados en la “explotación de los recursos naturales y acumulación
del capital”, entre los que se destacan los expuestos por (Harrod, 1939) y (Domar,
1946).
En los años 70, poco antes de la
primera crisis del petróleo y la presión de movimientos ecologistas, se publicó
el “Primer Informe del Club de Roma” sobre los límites al crecimiento (“The
Limits to Growth”), cuyas conclusiones fueron las siguientes:
“Si la industrialización, la
contaminación ambiental, la producción de alimentos y el agotamiento de los
recursos mantienen las tendencias actuales de crecimiento de la población
mundial, este planeta alcanzará los límites de su crecimiento en el curso de
los próximos cien años. El resultado más probable sería un súbito e
incontrolable descenso, tanto de la población como de la capacidad industrial”
(Meadows, Meadows, Randers, & Behrens, 1972).
Bajo esta premisa, organizaciones
como la CEPAL y el PNUMA plantearon la concepción del “ecodesarrollo”, concepto
encaminado a situar límites al desarrollo industrial.
Posteriormente, las nuevas
corrientes de pensamiento denotan una visión de desarrollo económico ligado a
la racionalidad científica, aseverando que: “el problema ambiental es uno de
los más relevantes, en los planos epistemológico y social, pues coloca de
relieve las fallas del estilo cognitivo de la modernidad y devela que el riesgo
ecológico es un problema del conocimiento” (Bravo & Marín, 2008).
Bajo una visión modernista, la
“Perspectiva Disciplinar Positivista” de (Riechmann, 1995) define “la
sostenibilidad como el mantenimiento de la capacidad de carga del ecosistema”.
A su vez, los trabajos de (Wackernagel & Rees, 2001), introducen el término
“huella ecológica”, como: “la superficie que demanda una cierta comunidad
humana para producir los recursos que consume y absorbe los residuos
generados”.
En este entendido, podemos
concebir que, en países en vías de desarrollo, como los latinoamericanos, “la
estructura productiva tiene un importante sustento primario, los commodities
poseen gran relevancia por su impacto en su economía” (Lanteri, 2014). En
consecuencia, la exportación de los bienes primarios a los que nos referimos
representa las principales fuentes de ingresos a sus economías, tal es el caso
de Bolivia (minerales y gas natural), Brasil (productos agropecuarios,
minerales y petróleo), México (petróleo y productos agropecuarios), Venezuela
(petróleo) y Chile (minerales y pesca).
“El sector hidrocarburos en
Bolivia fue fundamental para el desempeño económico de los últimos años. En
efecto, el 50% del crecimiento de la economía se debió al proyecto de
exportación de Gas Natural al Brasil gestionado durante el período 1974–1999, y
al notable crecimiento en los precios internacionales del crudo, traduciéndose
en mayores precios de exportación del Gas Natural; por ende, mayores ingresos
para el Estado boliviano” (Medinaceli, Grebe, Fernandez, & Hurtado, 2012)
(Medinaceli, 2012).
El Estado boliviano ha mostrado
gran compromiso con la premisa de Desarrollo Sostenible vs. Ecosistema, a
través de la promulgación de la “Ley del Medio Ambiente” (Ley 1333, 1992). Sin
embargo, a la par de un contexto afín al paradigma de explotación de los recursos
sin límite, la actual “Ley de Hidrocarburos” (Ley 3058, 2005), en su artículo
11, establece: “Utilizar los hidrocarburos como factor del desarrollo nacional
e integral de forma sostenible y sustentable en todas las actividades
económicas y servicios, tanto públicos como privados”; fortaleciendo, técnica y
económicamente a YPFB , para “llevar a cabo todas las actividades de la cadena
productiva de hidrocarburos, así como la responsabilidad de la comercialización
de sus derivados”.
El objetivo de este trabajo de
investigación, en consideración de la definición primaria de la RSC por parte
del seminal Howard R. Bowen (Bowen, 1953) y de las reflexiones que derivan de
ella; permitirán construir una relación de integración de los sistemas de
gestión. En consecuencia, es posible: 1) “plantear relaciones y efectos sobre
la implementación de medidas adecuadas” (Carroll, 1979); 2) integrar
consistentemente estrategias: “cognitivas, de competencia, de diversificación,
funcionales, de crecimiento, industriales, de alta gerencia, metodológicas, de
organización, de liderazgo y de rendimiento” (Ohmae, 1982); 3) concentrar
conceptos complementarios expuestos en los trabajos de (Furrer, Thomas, &
Goussevskaia, 2008) y (Ogliastri, 2017); 4) considerar las “expectativas del performance
de las empresas e instituciones ante un escenario de decrecimiento sostenible,
de desigualdad y repercusión sobre la insostenibilidad medioambiental, así como
su incidencia sobre crisis económica” (Bono, 2012); y por último, 5) asociar la
imagen de la empresa u organización, a causas solidarias como medioambientales
o culturales, permanentes en el tiempo y que generen intangibles como
beneficios estratégicos.
ALCANCES Y LIMITACIONES
El paradigma de los sistemas
ecológicos y sociales radica fundamentalmente en el Desarrollo Sostenible.
Actualmente vivimos una crisis ambiental que repercute sustancialmente en el
planeta, lo que ha generado la necesidad de establecer límites ambientales,
sociales y económicos.
En principio el concepto de
desarrollo estuvo basado en el “paradigma mecanicista y racionalista desde una
visión de dominio sobre la naturaleza” (Miranda, Suset, Cruz, Machado, &
Campos, 2007); explotando los Recursos Naturales sin ningún límite, dejando a
un lado el cuidado del Medio Ambiente y la Responsabilidad Social. Cuando la
explotación de estos recursos fue más compleja, el desarrollo evidenció sus
primeras limitaciones. La naturaleza comenzó a poner límites a la actividad
humana, y la “Ley de los Rendimientos Decrecientes” empezó a actuar. Por tanto,
la productividad marginal del trabajo a disminuir. En este sentido, debemos
tomar en cuenta que:
“El paradigma ambiental exige
actuar sobre cualquier Esfera de Sostenibilidad, con un enfoque en el que la
naturaleza, el medio ambiente y la sociedad, se consideren como factores
estratégicos de desarrollo” (Anon, 2005) (Miranda, Suset, Cruz, Machado, &
Campos, 2007).
CAMBIOS PARADIGMATICOS
En términos energéticos a nivel
mundial, los años 50 y 60, está representado por un periodo con gran influencia
del paradigma funcionalista. El panorama económico para la década de los 80, se
caracterizó por un menor dinamismo de las economías más desarrolladas y un
reordenamiento de los mercados. A principios de los 90 los cambios tecnológicos
fueron los nuevos patrones de producción (Gonzáles, 2008).
En tanto, América Latina durante
el mismo periodo, se caracteriza por los cambios significativos que representan
las relaciones comerciales regionales, deuda externa significativa de los
países, incidencia de factores globales en toda la región y un bajo desempeño
económico y productivo.
“Los ajustes estructurales,
condicionados mayoritariamente por la reestructuración de las deudas externas,
implicaron la obligación de una mayor apertura de las economías y el abandono
del paradigma de desarrollo conocido como sustitución de importaciones. En ese
momento histórico convergió en la región un conjunto de acontecimientos que
impulsarían un cambio paradigmático de la integración y, posteriormente, de la
integración energética (o quizás un desplazamiento de ideas predominantes
dentro de un mismo paradigma)” (Gonzáles, 2008).
En consecuencia, el Desarrollo
Sostenible, es el resultado de las contradicciones que existen entre el
crecimiento económico (como mejoramiento de calidad de vida) vs. las existentes
condiciones ecológicas y sociales. Por ende, se fortalece el criterio e
importancia de los sectores industriales en el desarrollo y crecimiento
económico de los países. En nuestro caso, el sector hidrocarburos, toma mayor
importancia y peso específico por su impacto en la economía del Estado
Boliviano.
“Históricamente, el sector de hidrocarburos ha
desempeñado un papel fundamental en la economía boliviana. El valor de la
producción hidrocarburífera muestra una tendencia creciente en los 20 últimos
años, habiendo contribuido con porcentajes de entre 4 y el 6% del PIB” (Chávez,
2013).
REFINACIÓN DEL PETROLEO
La refinación de petróleo es un
elemento clave del sistema energético mundial. Es probable que la demanda de
petróleo supere los 100 millones de barriles por día (MMBPD) en 2019, y casi
todo esto toma la forma de productos refinados como la gasolina y el diesel.
Las refinerías obtienen un margen
de la diferencia entre los precios del petróleo crudo y los productos derivados
del petróleo, el "crack spread", y deben tener en cuenta las
tendencias futuras de oferta y demanda de productos petroleros a medida que
planean inversiones en nueva capacidad. Los márgenes globales de refinación han
fluctuado alrededor de US$ 5 por barril durante las últimas dos décadas,
creando un grupo de valor de hasta US$ 250 mil millones por año para el sector
petrolero (DOWSTREAM).
Históricamente, la inversión en
el DOWSTREAM ha sido impulsada por el crecimiento de la demanda de combustibles
para carreteras. Durante la última década, dicho crecimiento en Asia y China,
en particular, ha apuntalado la expansión de la capacidad de refinería global.
Mirando hacia el futuro, los
refinadores se enfrentan a un mercado más complejo y desafiante. El crecimiento
de la demanda en diferentes productos está comenzando a divergir, y las
importantes adiciones de capacidad en Asia y Oriente Medio afectarán los
márgenes y los flujos comerciales de combustibles y petroquímicos. Por otro
lado, el crecimiento en el suministro de crudo se está desplazando cada vez más
hacia calidades más livianas y dulces que afectarán la rentabilidad de las
refinerías y el caso de inversión para las plantas diseñadas para procesar
calidades de crudo pesado. En medio de todas estas incertidumbres, la
modernización y la digitalización del sector está pasando de una elección a un
imperativo.
PERSPECTIVAS
Las perspectivas para la
industria están siendo moldeadas por una serie de fuerzas que los refinadores
deben incorporar en su planificación estratégica a futuro (Chatterton, 2019):
- Cambios en las especificaciones del producto y demanda de diferentes productos: la introducción de la calidad del combustible y los estándares de emisión, así como los cambios en la demanda, requerirán que las refinerías inviertan en unidades de mejora y conversión para satisfacer las tendencias cambiantes de la demanda de diferentes productos petroleros.
- Combustibles marinos: la mayor incertidumbre a corto plazo para las refinerías es la implementación de la reducción de la capa de azufre de la OMI en el combustible para barcos, del 3,5% al 0,5%, que entrará en vigor a partir de principios de 2020. Como lo hará el fuel oil de alto contenido de azufre universal ya no será compatible, esto provocará un cambio considerable en la demanda a medida que el mercado de envío migre a combustibles nuevos y compatibles.
- Los combustibles para carreteras representan alrededor de la mitad de toda la demanda de productos petroleros. La electrificación de los vehículos y la mayor utilización de tecnologías alternativas de transmisión para vehículos comerciales (como GNL e hidrógeno) representan un riesgo para las perspectivas de demanda de gasolina y diésel. Se espera que esta tendencia tenga un impacto creciente en la demanda de productos refinados en los próximos 10-20 años, lo que obligará a las refinerías a reducir los rendimientos de combustible.
- Aumentos significativos de la capacidad en Asia y Oriente Medio: los principales proyectos de expansión de capacidad del downstream se está poniendo en marcha en todo el mundo. Se espera que la capacidad mundial de refinación de petróleo aumente en un 15% durante 2020-2025, alcanzando 116 millones de barriles por día (MMBPD) en 2025. La inversión total hasta el 2025 superará los US$ 570 mil millones. Alrededor del 75% de las nuevas adiciones de capacidad se realizarán en Asia Pacífico y Oriente Medio y dos tercios de las adiciones de capacidad son “megaproyectos” (más de 300.000 BPD) financiados por compañías petroleras nacionales (NOC). Estas nuevas refinerías afectarán la competitividad de diferentes regiones y potencialmente conducirán a cambios en los flujos globales de productos y al cierre de la capacidad no competitiva.
- Una mayor integración de la refinación de combustibles con la producción de petroquímicos y polímeros: una mayor integración de la refinación con la petroquímica es un tema clave que da forma a las perspectivas. La integración de petroquímicos proporciona a las refinerías acceso a mercados de productos químicos de rápido crecimiento y una cobertura natural contra el debilitamiento del crecimiento de la demanda de gasolina y diesel. Más del 60% de la inversión esperada en proyectos chinos está en capacidad integrada. La integración de la producción de combustibles y productos químicos tendrá un impacto en la economía de la industria y podría dejar a los jugadores menos integrados incapaces de responder a las tendencias cambiantes del mercado.
- Aumento proyectado en el suministro global de líquidos de gas natural y crudo ligero dulce, o LGN: La Agencia Internacional de Energía pronostica que casi todo el suministro incremental de petróleo hasta 2040 provendrá de “tight oil” y LGN. El “aligeramiento del crudo” hacia calidades más livianas afectará la rentabilidad de las refinerías y dañará las inversiones en esquemas de refinación de procesos complejos que requieren de mayor cantidad de crudos pesados.
- Digitalización y modernización del sector de refinación: las tecnologías digitales ya están reduciendo los costos de refinación y las pérdidas de procesos, pero la modernización del sector se está moviendo de una elección estratégica a un imperativo, si los jugadores apuntan a seguir siendo competitivos en el mercado global.
REFINERIA DEL FUTURO
Las empresas que desarrollan y
comercializan tecnología de procesos están en una posición única para
identificar y evaluar la tendencia global de la industria. Por ejemplo, la UOP
ha asesorado a sus clientes en la aplicación de nuevas tecnologías para mejorar
su rentabilidad en un mercado energético global en constante cambio, que
permitan tomar decisiones finales de inversión. Esto es lo que forma la base
para una visión clara a largo plazo de las tendencias emergentes en la
industria.
Un concepto importante a largo
plazo es que se ha definido como la “Refinería del Futuro.” Este concepto está
basado en la filosofía de que las refinerías deben diseñarse para facilitar una
evolución de las listas de productos y entregar una competitividad sostenible
en términos de costo total de producción en efectivo, la eficiencia del
capital, la capacidad de respuesta a la regulación y la competencia y la
agilidad para administrar unidades para mayor rentabilidad. La refinería del
futuro deberá estar diseñada para la flexibilidad de abordar de manera rentable
los cambios en las condiciones de mercado a corto plazo, y en 10 a 20 años más
adelante.
Hoy en día, como se dijo
anteriormente, las refinerías se enfrentan a una serie de nuevos desafíos de
los cuales la mayor necesidad es continuar haciendo inversiones para producir
combustibles más limpios, reaccionar al cambio del mercado y adaptarse a
lugares ampliamente previstos en la demanda de combustible para el transporte.
Cada uno de estos desafíos afectará la combinación de los productos y las
estrategias de inversión para las refinerías en el futuro, a esto se deberá
agregar la necesidad de abordar la rotación e inexperiencia de los operadores
en un ambiente de complejidad creciente desde la materia prima hasta los
productos.
Para muchos, las reglas más
estrictas que pretenden eliminar es el uso de combustible subterráneo con alto
contenido de azufre que presenta un desafío apremiante. Mientras que al mismo
tiempo, muchos países se están alejando de la quema de gasolina para la
generación de energía y calefacción. Estas tendencias están cerrando
rápidamente el mercado de los combustibles pesados de alto contenido de azufre
y creando una presión creciente para mejoras significativas en las capacidades
de refinación.
Mientras tanto, las economías de
alto crecimiento con el rápido crecimiento de la clase media aumentan su
consumo de combustible para el transporte, y muchos de ellas están invirtiendo
en una nueva infraestructura de refinación local capaz de producir combustibles
limpios. Las refinerías existentes que tradicionalmente han suministrado
productos de combustible a estos mercados de exportación encontraran demanda en
esos mercados que están siendo cubiertas por refinerías locales recientemente
establecidas. Como resultado millones de barriles de capacidad de refinación de
exportación podrían estar en riesgo de quedar varados, es decir, a menos que
los activos que los producen puedan ser adaptados o reutilizados.
Con un pronóstico general de
volúmenes de combustible alrededor del año 2035, la mayoría de las refinerías,
incluso aquellas en mercados donde los combustibles están creciendo, están
buscando caminos para administrar mejor sus capacidades para poder ingresar a
categorías de productos que ofrecen volúmenes crecientes, así como una mayor
rentabilidad. Muchas de estas refinerías planean expandirse a la petroquímica,
donde la demanda global está creciendo un 40 % más rápido que el producto
interno bruto, y varias veces más rápido que los combustibles de transporte.
Para satisfacer esta demanda
creciente, la refinería del futuro debe tener la capacidad de convertir el
petróleo crudo en combustible de alta calidad para la combustión limpia, además
de productos petroquímicos de alto valor. Las tecnologías que permiten ambas
producciones de una lista de combustibles limpios y una vía eficiente de “crudo
a químico” a partir de materias primas con costos ventajosos, son esenciales
para la rentabilidad a largo plazo de las refinerías.
Refinerías como esta, integrados
con la producción petroquímica sustancial, son probablemente las más rentables
en el largo plazo. De hecho las refinerías que producen solo productos
petroquímicos están claramente en el horizonte.
Tan importante como cualquier
otro factor, la refinería del futuro será una instalación conectada
digitalmente. Este será equipado con servicios basados en la nube conectados en
la planta que analizan los datos de rendimiento de la planta con modelos
patentados para proporcionar recomendaciones que mejoren la optimización del
proceso y la confiabilidad operativa, minimicen el consumo de energía y las
emisiones, eliminan los residuos de producto y administren mejor el agua.
Industria 4.0.
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jueves, 5 de diciembre de 2019
viernes, 1 de noviembre de 2019
jueves, 31 de octubre de 2019
miércoles, 16 de octubre de 2019
RESERVAS Y PRODUCCION
PETROLEO Y CONDENSADO & GAS NATURAL
FUENTE: Fundacion Jubileo / Ministerio de Hidrocarburos
FUENTE: Fundacion Jubileo / Ministerio de Hidrocarburos
jueves, 3 de octubre de 2019
LIMITES DEL CRECIMIENTO. PARTE 2/5
DE LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO AL DESARROLLO SOSTENIBLE.
FACTORES DETERMINANTES PARA UNA EXITOSA GESTIÓN DE RESPONSABILIDAD SOCIAL
CORPORATIVA.
1.1 ANTECEDENTES
Evidencia sobre la relación
precio internacional del petróleo, política fiscal y crecimiento económico,
muestra que Bolivia, tuvo un performance positivo ante la variación de una
variable exógena como el precio internacional del petróleo.
El problema principal, como se
dijo anteriormente, radica en que no existe una investigación científica que
determine los límites, razones y causas, por las cuales no se lleguen a cumplir
los compromisos del Estado boliviano en miras de una eficiencia en las gestiones
gubernamentales, tal es el caso de la exportación de Gas Natural y otros, que
generan implicaciones ambientales, sociales y económicas, dentro del marco de
Desarrollo Sostenible, RSC y Crecimiento Económico sostenido. Por tanto, es
importante establecer que los primeros sistemas de gestión fueron los
correspondientes a “calidad, satisfacción del cliente y salud & seguridad
de los trabajadores” (Heras-Saizarbitoria, 2011).
“La moderna definición de calidad se extiende más allá de las especificaciones de los productos/servicios para abarcar los requisitos de una variedad de partes interesadas o grupos de interés (stakeholders). Entre los diferentes sistemas empleados por instituciones del Estado y las propias empresas, que permitan cumplir con los requerimientos de los stakeholders de un modo sistemático, destacan: la Gestión de la Calidad; el Medioambiente; la Seguridad y Salud Laboral; y la RSC” (Asif , Fisscher, Bruijn, & Pagell, 2010) (Conesa, De Nieves, & Briones, 2016)
En este contexto, actualmente las
empresas y organizaciones utilizan una serie de sistemas de gestión, que les
permiten cumplir con sus objetivos organizacionales y las de los “stakeholders”
(Simon, Karapetrovic, & Casadesus, 2012).
“La implementación e integración de la RSC es una innovación en los procesos de gestión, ya que se definen políticas estratégicas, donde una buena política de responsabilidad social puede generar dinámicas de innovación en procesos tecnológicos y de producto, incluso generando cambios en la cultura organizacional” (Hernandez & Sanchez, 2012) (Conesa, De Nieves, & Briones, 2016).
Figura 1: Integración de las tres
esferas de Sostenibilidad. Fuente: Elaboración Propia.
Por lo expuesto anteriormente,
podría defenderse la idea de que actualmente las organizaciones se encuentran
adoptando prácticas de RSC, instaurando procedimientos y herramientas alineados
con sus estrategias. En tanto que estudios realizados como los de (Bouluta
& Pitelis, 2014), concluyen que la “implementación de RSC en las
organizaciones, contribuyen positivamente en los resultados de gestión acordes
a la integración de las esferas de sostenibilidad (innovación, competitividad y
niveles de calidad de vida)”. Ver Figura 1.
Finalmente, la importancia del
presente trabajo radica en la contribución con el entendimiento y posterior
aplicación de los factores determinantes para una exitosa gestión de RSC por
parte de las empresas e instituciones.
1.2 ALCANCES Y LIMITACIONES
El paradigma de los sistemas
ecológicos y sociales radica fundamentalmente en el Desarrollo Sostenible.
Actualmente vivimos una crisis ambiental que repercute sustancialmente en el
planeta, lo que ha generado la necesidad de establecer límites ambientales,
sociales y económicos.
En principio el concepto de
desarrollo estuvo basado en el “paradigma mecanicista y racionalista desde una
visión de dominio sobre la naturaleza” (Miranda, Suset, Cruz, Machado, &
Campos, 2007); explotando los Recursos Naturales sin ningún límite, dejando a
un lado el cuidado del Medio Ambiente y la Responsabilidad Social. Cuando la
explotación de estos recursos fue más compleja, el desarrollo evidenció sus
primeras limitaciones. La naturaleza comenzó a poner límites a la actividad
humana, y la “Ley de los Rendimientos Decrecientes” empezó a actuar. Por tanto,
la productividad marginal del trabajo a disminuir. En este sentido, debemos
tomar en cuenta que:
“El paradigma ambiental exige actuar sobre cualquier Esfera de Sostenibilidad, con un enfoque en el que la naturaleza, el medio ambiente y la sociedad, se consideren como factores estratégicos de desarrollo” (Anon, 2005) (Miranda, Suset, Cruz, Machado, & Campos, 2007).
1.3 CAMBIOS PARADIGMATICOS
En términos energéticos a nivel
mundial, los años 50 y 60, está representado por un periodo con gran influencia
del paradigma funcionalista. El panorama económico para la década de los 80, se
caracterizó por un menor dinamismo de las economías más desarrolladas y un re
ordenamiento de los mercados. A principios de los 90 los cambios tecnológicos
fueron los nuevos patrones de producción (Gonzáles, 2008).
En tanto, América Latina durante
el mismo periodo, se caracteriza por los cambios significativos que representan
las relaciones comerciales regionales, deuda externa significativa de los
países, incidencia de factores globales en toda la región y un bajo desempeño
económico y productivo.
Figura 2: Cambios paradigmáticos
en América Latina. Fuente: (Gonzáles, 2008)
“Los ajustes estructurales, condicionados mayoritariamente por la re estructuración de las deudas externas, implicaron la obligación de una mayor apertura de las economías y el abandono del paradigma de desarrollo conocido como sustitución de importaciones. En ese momento histórico convergió en la región un conjunto de acontecimientos que impulsarían un cambio paradigmático de la integración y, posteriormente, de la integración energética (o quizás un desplazamiento de ideas predominantes dentro de un mismo paradigma)” (Gonzáles, 2008).
En consecuencia, el Desarrollo
Sostenible, es el resultado de las contradicciones que existen entre el
crecimiento económico (como mejoramiento de calidad de vida) vs. las existentes
condiciones ecológicas y sociales. Por ende, se fortalece el criterio e
importancia de los sectores industriales en el desarrollo y crecimiento
económico de los países. En nuestro caso, el sector hidrocarburos, toma mayor importancia
y peso específico por su impacto en la economía del Estado Boliviano.
“Históricamente, el sector de hidrocarburos ha desempeñado un papel fundamental en la economía boliviana. El valor de la producción hidrocarburífera muestra una tendencia creciente en los 20 últimos años, habiendo contribuido con porcentajes de entre 4 y el 6% del PIB” (Chávez, 2013).
Evidencia sobre la relación precio internacional del
petróleo, política fiscal y crecimiento económico, muestra que Bolivia, tuvo un
performance positivo ante la variación de una variable exógena como el precio
internacional del petróleo.
Figura 3: Producción de
Hidrocarburos (en Millones de Bs. de 1990). Fuente: (INEa, 2019)
“El 2013, cuando el precio promedio del petróleo fue de US$ 97,9 el barril, Bolivia (cuya exportación de hidrocarburos en porcentaje del PIB fue de 21,2%), creció en 5,2%” (Ugarte, 2005).
1.4 GAS NATURAL
En cuanto al Gas Natural, podemos
señalar que un sin número de transacciones se realizan a nivel internacional y
regional en función de marcadores de precio como son el petróleo y sus
derivados. Por ejemplo, en los contratos entre Bolivia y Brasil, los precios
del gas fueron vinculados a varios tipos de fuel oil, debido que se quería
reemplazar estos en la generación eléctrica. Para el contrato entre Bolivia y
Argentina, se utilizó el mismo modelo debido a que una parte de generación
eléctrica aún se la hace con derivados del petróleo. Sin embargo, esta
situación ha cambiado considerablemente con la llegada del LNG (Liquefied
Natural Gas), con más gas producido “offshore” en Brasil y “shale” en
Argentina.
“Si el mercado funciona y se
fomenta transacciones competitivas e integración, se deberían crear una especie
de nodos (HUBS) de marcadores de gas tanto en Brasil (Sao Paulo) y Argentina
(Buenos Aires). En estos HUBS deberían competir gas producido localmente, gas
de Bolivia y LNG” (Rios, 2018).
Respecto a los precios en los
contratos futuros de suministro de Gas Natural, gran parte de ellos no se
vincularán más al petróleo, rompiendo el paradigma de: “sube el petróleo, sube
el gas natural”.
“El gas natural comienza a tener vida propia. Por ejemplo, los precios de gas en el Cono Sur, todo indica que serán de competencia gas con gas y con LNG como techo o marcador de precio”. (Rios, 2018)
Asimismo, debemos también
entender que internacionalmente el mercado del Gas Natural presenta una elevada
incertidumbre debido a la dependencia del precio, del volumen, de los aspectos
regulatorios, geopolíticos, climatológicos y de la actividad industrial en sí.
“En los mercados energéticos, caracterizados por un marcado carácter global, el entendimiento de los factores que introducen volatilidad en el resultado de las compañías es fundamental para poder aplicar políticas comerciales y de gestión del riesgo que resulten eficaces para la protección y optimización del margen del negocio. La liberalización de los mercados presenta indudables oportunidades para los gestores más cualificados en la medida que amplía las posibilidades de gestión tanto en las estrategias de aprovisionamiento como en las de venta” (Layo, Coca, & Martinez, 2009).
Por tanto, el paradigma de la
modernización enfatiza el crecimiento económico en base a criterios de
“Industrialización de los Hidrocarburos”. Sin embargo, también debemos tomar en
cuenta (desde el punto de vista político), la formación de instituciones
nacionales bajo la protección del Estado, que promueven aparatos jurídicos y administrativos
que a su vez permiten construir: una identidad nacional (nacionalización de los
hidrocarburos); participación de nuevos actores sociales y económicos
(organizaciones sociales); fortalecimiento de organismos reguladores (es el
caso de la ANH ); y los nuevos roles de las organizaciones estatales (es el
caso de YPFB).
Respecto al crecimiento de la
demanda como energético mundial, debemos tomar en cuenta que las economías
emergentes, permitirán que los hidrocarburos sigan siendo la fuente energética
más importante en los próximos 25 años, convirtiendo al Gas Natural en uno de
los commodities energéticos de mayor relevancia.
Figura 4: Crecimiento del consumo
del Gas Natural 2017-2023. Fuente: (IEA, 2019)
“Se pronostica que la demanda global de Gas Natural aumentará a un promedio de 1.6% durante los próximos 5 años, con los mercados asiáticos emergentes como el principal motor de la demanda” (IEA, 2019).
Conforme al trabajo presentado
por la CEPAL (Di Sbroiavacca, Dubrovsky,
Nadal, & Contreras, 2019), el Gas Natural importado en Sudamérica es igual
a 81,5 MMMCD , el mismo que representa el 17,4% de su consumo; donde el 73% es
abastecido con el propio gas producido en la región, principalmente de Bolivia
y Trinidad & Tobago; el restante 27%, es abastecido por países fuera de la
región.
Asimismo, es conveniente también
señalar que los mercados del Gas Natural y del LNG, se caracterizan por
presentar algunas desventajas competitivas respecto a otras fuentes de energía:
- Elevada concentración de reservas de gas en muy pocos países.
- Dependencia de países de tránsito entre productores y consumidores.
- Elevadas inversiones requeridas para el transporte terrestre
- Alto costo por unidad energética desplazada en los fletes y reflejado en los márgenes de transporte.
viernes, 23 de agosto de 2019
LA CADENA DE PETROLEO Y GAS NATURAL
Primero veamos la industria en sí. La industria consta de dos sectores principales: Upstream & Downstream. El Upstream incluye la exploración y producción de recursos naturales (E&P), mientras que el Downstream, se ocupa de la transformación de estos recursos en productos y su distribución a los consumidores finales.
CARACTERÍSTICAS ECONÓMICAS DE LA ACTIVIDAD DE REFINACIÓN
Debido a economías de escala, esta industria
fomenta la concentración. En palabras sencillas, fomenta el surgimiento de
empresas integradas verticalmente e involucradas en toda la cadena energética. Estas
son algunas de las compañías privadas más grandes del mundo: EXXON MOBIL, BP,
TOTAL y SHELL. Sin embargo, también existen empresas que se centran en un solo
lado del negocio, ya sea en el Upstream o en el Downstream. Estas compañías son
llamadas "empresas independientes". Para el caso del Upstream, las
empresas como APACHE o TULLOW, concentran sus actividades sólo en exploración y
producción. Mientras que compañías como VALERO, RELIANCE o SUNOCO centran la
mayor parte de sus actividades en el Downstream. Paralelamente, también existen
empresas de servicios que proporcionan asistencia técnica y de ingeniería a las
compañías petroleras.
Otra distinción usual, en la industria, existe entre
las entidades internacionales y nacionales, lo que bien pueden llamarse IOCs
(International Oil Companies) y NOCs (National Oil Companies). Las IOCs, por
naturaleza son empresas privadas; mientras que las NOCs son empresas que operan
en nombre de su gobierno de origen. Sin embargo, esto no significa que no
puedan operar más allá de sus fronteras.
RETOS EN EL SECTOR DEL UPSTREAM
Si nos concentramos en el sector del Upstream,
podemos observar a nivel general un incremento significativo de la inversión en
las actividades de E&P. Esto se debe principalmente al hecho de que las
empresas, ya sean nacionales o internacionales, tienen que mantener y sostener su
producción de hidrocarburos, para ser competitivas. En sólo 5 años, las inversiones
realizadas, a nivel internacional en E&P, se han incrementado en un 60%,
con expectativas futuras de incrementos anuales del orden del 5%.
Todo este esfuerzo, sin duda radica en
maximizar la renta del petróleo, que en términos sencillos podríamos entender
como la diferencia entre el precio del crudo y el costo técnico. Entendiéndose
como costo técnico, como la suma de los costos de exploración, desarrollo y
producción. Dependiendo de la naturaleza del reservorio, puede variar entre 20
y 80 dólares por barril. Este costo debe ser cuidadosamente controlado para
mantener la rentabilidad del negocio. Utilizando nuevas tecnologías,
optimización de la gestión de costos y la estandarización de equipos y
procesos, las empresas petroleras podrían generar acciones útiles para la
reducción del costo total.
Después de las actividades de E&P, el
petróleo crudo o gas natural, se encuentra disponible en su forma primaria,
para ser transportada a las refinerías para ser procesada y transformada en
productos adaptados a las necesidades del consumidor final.
Como el petróleo es líquido, puede ser
transportado simplemente usando los medios adecuados tales como barcazas, tuberías
(oleoductos), trenes o camiones, según sea el caso. Para el gas natural, éste es
un poco más complejo, debido a la necesidad de utilizar compresores para
aumentar la presión de los gases dentro de la tubería (gasoducto) y poder
llegar al consumidor final. El desarrollo de la tecnología de Gas Natural Licuado
(LNG) ha hecho que el transporte de este sea más flexible. Sin embargo, esta
tecnología no disminuye considerablemente la costos de transporte, excepto para
distancias muy largas.
CARACTERÍSTICAS ECONÓMICAS DE LA ACTIVIDAD DE
Ahora que los hidrocarburos (para el caso del
petróleo crudo) han sido transportados hasta la puerta de la refinería, sigamos
nuestro recorrido a lo largo de la cadena de petróleo y gas, pasando por los
detalles del lado del Downstream del negocio.
Gracias a diversas operaciones unitarias y procesos
químicos, el crudo se convierte en muchos productos listos para el consumo
final, tales como el diesel y la gasolina que constituyen respectivamente
alrededor del 30 y 25% de los productos, a nivel internacional. Pero por
supuesto, existen muchos otros productos, tales como el combustible para
aviones, la nafta y el fuel oil.
El elemento económico más importante a
considerar en la Industria del Refino es el denominado "Margen de Refinación".
Es importante distinguir entre los márgenes bruto y neto. El margen bruto, es simplemente
igual al valor de los productos que salen de la refinería, menos el costo del
petróleo crudo. Si también se resta los costos variables de producción de este
valor, entonces se obtendrá el margen
neto. Esto es lo que desencadena la rentabilidad del negocio de refinación.
Se puede tener márgenes diferentes para
diferentes ubicaciones, ya que los costos de refinación divergen de una región
a la otra. Por ejemplo, en los mercados donde las refinerías tienen acceso a un
menor costo de crudo o menores gastos operacionales, los márgenes podrían ser más
altos.
Esto se puede verificar fácilmente, observando
la evolución regional de las capacidades de refinación en los últimos 30 años.
De hecho, desde 1980, las capacidades en China se han multiplicado por 7, mientras
que en la India por 8 y en el Oriente Medio se ha más que duplicado en el mismo
período. Mientras que en la Unión Europea y Japón han disminuido en un 30% y
27% respectivamente.
Pero, no debemos olvidar que el fuerte
crecimiento de la demanda, también ha sido un factor decisivo detrás de este
cambio hacia los países emergentes.
Asimismo, debemos recordar que no todos los
hidrocarburos pasarán por las refinerías. También existe otra porción
importante de petróleo o gas natural que se procesa a través de unidades
petroquímicas, en las que se producen productos finales como botellas de plástico,
ropa o materiales de embalaje. Los petroquímicos ocupan hoy una posición de
liderazgo en la industria de los hidrocarburos, pero aún más importante en la
historia del progreso material en el siglo pasado.
Por el momento, basta con tener en cuenta que
desde un punto de vista estrictamente económico, la rentabilidad de los
productos petroquímicos es muy similar a la del sector de refinación.
Nuevamente estamos hablando del margen, que es la diferencia entre el valor del
producto saliente y el costo de la materia prima entrante. Cuanto mayor sea el
margen, mejor será la cobertura de los costos y, en consecuencia, mayor será la
rentabilidad.
DISTRIBUCIÓN
Hasta el momento se ha realizado una distinción
entre el Upstream y el Downstream de los negocios de petróleo y gas natural.
Pero son dos caras de la misma moneda y su vinculación es muy fuerte. Por
ejemplo, si observamos el historial de precios tanto del crudo como de la
gasolina en el mercado internacional, ambos precios siguen la misma tendencia y
están altamente correlacionados. La diferencia entre los dos precios, bien
puede explicarse entre la diferencia del margen bruto de refinación, los costos
de comercialización y distribución y, por supuesto, los impuestos determinados
por el regulador local, donde el producto final se vende realmente.
Esta comparación, resalta muy bien el impacto
de los costos de refinación y distribución, pero sobre todo el impacto de los
impuestos sobre el precio al por menor de los productos petrolíferos
eventualmente pagados por los consumidores finales en diferentes países. En
general, el precio final al consumidor en los países productores es más bajo
que en otros lugares. Sin embargo, en algunos países productores, como Noruega,
debido a los altos impuestos que aplica el gobierno, el precio minorista de la
gasolina y el diesel están entre los más altos del mundo.
CONCLUSIÓN
A manera de conclusión, podemos señalar que la
industria de petróleo y gas se enfrenta a retos técnicos y económicos en cada
etapa del negocio. En el caso del Upstream, por ejemplo, la innovación técnica
y el precio del crudo son factores decisivos para ir más allá en la exploración
y la producción. Del mismo modo, en el Downstream, el negocio tiene que caminar
a lo largo de la curva de aprendizaje con el fin de mejorar los procesos y
reducir los costos en la transformación de la materia prima en productos
finales con altos valores agregados.
Por último, pero no menos importante, esta
industria es cada vez más desafiada por cuestiones ambientales y de
responsabilidad social corporativa. El medio ambiente se está convirtiendo en
el tema principal en el mundo de la energía.
Por lo tanto, la industria del petróleo y del
gas tiene que asumir este desafío proponiendo los modos de producción y procesos
más eficientes y respetuosos con el medio ambiente en cada paso de la cadena
desde el pozo hasta el consumidor final.
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